El drama de escribir.

Alejandro Lemuz
3 min readSep 23, 2022

--

Los títulos de los libros y el cielo del día de hoy.

22/09/22

La gran mayoría de los títulos de las novelas están llenos de drama. Un título detrás de otro evocando la tristeza, la soledad, el miedo, la muerte. ¿Quiénes diablos son los escritores? ¿Qué piensan los escritores al poner esos títulos? ¿Hundirnos en la tristeza, acaso? No lo sé, pero estoy cansado de todo ese drama. Escribir no necesariamente tiene que ser dolor y sufrimiento, también puede ser alegría, perversión, terror, tranquilidad. O una combinación de todas las anteriores.

Incluso alguien crudo como Houellebecq tituló a su último libro “Aniquilación”. Vaya escritor, incluso él, con sus dedos largos y su nariz de rata no ha podido escapar de escribir obras dramáticas. Pero será mejor que pare con este comentario, o algún listillo me acusara de dramático a mí.

Pasemos a lo que sigue que no siempre es lo siguiente.

Hoy fue un día bastante tranquilo. T y yo nos despertamos a medio día y decidimos ir a comer a Coyoacán. El cielo estaba realmente hermoso. Las nubes se esparcían sobre un fondo azul y el verde de los árboles lucía maravilloso.

T me tomó algunas fotos y yo me golpeé contra un medidor de luz a la altura del hombro izquierdo. Fuimos a comer a un pequeño restaurante y nos encontramos con un grupo de guaruras que escoltaban a un grupo de políticos. No me gusta que haya gente armada cerca de mí. Me resulta un poco incómodo. Y me causa el efecto contrario. En vez de sentirme protegido o seguro, me siento inseguro. Porque pienso que en cualquier momento se puede desatar un tiroteo. Bueno, al final regresamos a casa. T manejó y lo hizo bien. Tiene que mejorar el ritmo de la velocidad. Ser constante y fiel a él.

De regreso paseamos a Mamba y fuimos a super por los ingredientes para la cena.

Metamorfosis

Quiero terminar con un comentario acerca de la literatura y de los libros. Tiene meses que no leo una novela o un cuento. Al parecer son pocos los escritores, para no decir que uno o dos, que me interesan. El resto me parecen sosos y aburridos. Esa es la verdad. Lo que no descubro aún, es por qué me parece que tienen tan poca gracia. Hay una gran posibilidad de que sea yo el que haya perdido la gracia y ellos sean la última maravilla de las letras. Quizá sea eso. El mundo entero no puede estar equivocado (o quizá sí) y yo en lo correcto. Qué miedo me da pensar que allá afuera en el mundo de las letras todo es genial, brillante, brutal y yo no tenga la sensibilidad para percibirlo. O peor aún, que algo que creí que me gustaba tanto como la literatura sea una grandísima mentira dicha a mí mismo.

Espero sólo sea un mal momento que tengo con la literatura y que pronto ese enredo de palabras acomodadas conscientemente me cautiven de nuevo.

Si escribo feo es porque así lo he decidido. ¿Cómo pienso alcanzar mi máximo potencial con las palabras? Escribiendo, reescribiendo, practicando, lanzándome al pozo de las palabras. Ahogándome en él hasta convertirme en las palabras mismas.

--

--

Alejandro Lemuz

Escribo y comparto textos de autores del siglo pasado todos los días.