La culpa es de los escritores.

Alejandro Lemuz
2 min readSep 21, 2022

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Hoy amanecí mucho mejor. La garganta ya no me duele y mi cuerpo está lleno de vigor. Sigo enfermo del estómago, sin estar en una situación crítica.

Extraño estar en el parque, en la cancha de basquetbol y platicar con esos dos loquitos que son Lizardo y Daniel. ¿Será que las personas que tienen tiempo libre han enloquecido? o ¿Será que ellos son los únicos que realmente tienen tiempo de pensar out of the box? Como sea, me gusta el resultado. Son entretenidos.

Propongo que acabemos con los escritores de nuestra generación. Todos son aburridos hasta la muerte. No podemos seguir así. Generalmente culpamos a las personas que no leen. Pero la verdad es que ellas no son las culpables. Los culpables somos las personas que escribimos. Somos tan sosos, nerds, intrascendentes. Parecemos una bola de muertos contando historias que a nadie le interesan.

No pienso seguir fomentado la idea de que la gente no lee porque es ignorante o no le importan los libros. Si no le importan los libros es por culpa de los escritores. Su legado de aburrimiento ha llegado hasta nuestro siglo. Así que propongo que acabemos con los escritores de nuestra generación. Y la mejor forma de hacerlo es escribir mejor que ellos. Ser más sensatos, divertidos, juguetones, audaces, increíbles.

Si seguimos la misma formula, tendremos los mismos resultados. Por eso te invito a que si vas a escribir un tuit, una entrada de blog, un relato o una novela. Pongas lo mejor de ti. Olvídate de tus héroes literarios. Recuerda que gracias a ellos nadie lee. Sus palabras no tienen ningún valor. Nunca han tocado a nadie más allá de a los eruditos interesados en la literatura. Este es el momento de llevar la literatura a las personas y sólo tenemos una oportunidad. Así que desde la primera línea hasta la última hay que tomar al lector por el pescuezo y azotarlo contra la pared. No dejarlo respirar, no dejar que se despegue del texto.

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Alejandro Lemuz

Escribo y comparto textos de autores del siglo pasado todos los días.